miércoles, 5 de agosto de 2020

LA DEMOCRACIA, DE NUEVO AMENAZADA


La democracia fundada en la separación de los poderes se va tornando en utopía. La teoría de los poderes de Montesquieu en vez de asentarse está en franca decadencia, así la palabra democracia obre como psicoactivo a las mentes sumisas, nunca al entendimiento crítico resistente al engaño. 
Por ello no extraña que las dictaduras se autodenominen democráticas, lo fue la de aquella Alemania autoritaria que se proclamó República Democrática Alemana, lo es la República Popular Democrática de Corea, una de las peores dictaduras comunistas, solo por mencionar breves ejemplos.  
Las auténticas democracias no son perfectas, pero son vivibles, y brindan la mejor expresión de libertad posible dentro de la imperfección humana. Sin libertad no se concibe al verdadero Homo sapiens, no el que vegeta, sino el que razona. 
Colombia vio un día su democracia amenazada por una horda comunista que arrasaba hasta con el pueblo que decía defender. Increíblemente solo un hombre tuvo la energía y el coraje para enfrentarla con éxito. Sin su mengua jamás las Farc se hubieran desmovilizado.  
Pero el comunismo, fiel a todas las formas de lucha, no tiene ética, no tiene reparos, como en la criminalidad, todo vale, todo es un medio y todo medio es aceptable. Solo un fin es admisible: la toma del poder y el derrumbe de la democracia. 
Hoy por vía diferente a la de las armas, que fueron derrotadas, prueba con la confabulación desde el establecimiento.  Hay en el poder judicial quintacolumnistas, lo supimos desde los procesos abiertos contra Petro, que siempre le fueron favorables, lo sabemos desde cuando los computadores de Raúl Reyes no sirvieron de prueba contra las acciones terroristas, desde cuando descubrimos que ser de izquierda suele blindar contra los fallos. Siempre lo hemos sabido, por eso intuíamos que tarde o temprano irían contra Uribe, el hombre corajudo que le devolvió la esperanza a un país que hoy parece sin gratitud y sin memoria. 
Álvaro Uribe Vélez está privado de la libertad, cualquier argumento sirve de pretexto, pero más que la acción contra un individuo incómodo para la izquierda se trata de un hecho que amenaza a todos los enemigos de una ideología, que a la hora de la verdad somos todos los colombianos amantes de la libertad y la democracia. El futuro de Colombia vuelve a estar amenazado. 
Alarma el desequilibrio de poderes, hoy en el mundo el judicial legisla y cogobierna. Triunfo vano fue el de la Asamblea Nacional venezolana. El mandato popular logrado en unas elecciones no valió de nada frente al desconocimiento por el Tribunal Supremo de Justica -al dictador sumiso-. La que legisla es la Asamblea Nacional Constituyente, órgano del déspota Maduro. Qué mejor ejemplo que el venezolano, con personajes tan sórdidos como en Colombia Petro, Córdoba y Cepeda, para imaginar el porvenir que se avecina. 
Ha llegado la hora de acelerar la reforma de la justicia, el poder en la democracia es del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, luego no son los sujetos de la reforma los que deben fijar el derrotero e inventar las trabas. Comencemos a dar los primeros pasos para una Asamblea Constituyente.

Luis María Murillo Sarmiento MD.