sábado, 14 de diciembre de 2013

COLOMBIA, CON PETRO HACIA LA TIRANÍA *

Acertado o no, el fallo del Procurador Ordoñez contra Petro es el de una autoridad legal y constitucionalmente reconocida. El desacato del Alcalde, manifestado en las movilizaciones populares que promueve, es un claro desafío a la democracia, que se fundamenta en el respeto a los poderes públicos.

Una persona de bien acude a las instancias judiciales en defensa de los derechos que cree vulnerados, no a los ánimos exaltados de sus seguidores. ¿Cuántos funcionarios elegidos por el pueblo han sido destituidos? ¿Cuántos de ellos han llamado a la asonada? Solo uno: el actual alcalde de la capital.

Es claro que Petro no ha abandonado su instinto subversivo, y que se sirve de la democracia solo para alcanzar los fines que le fueron esquivos por las armas. Intimidar con la insurrección popular debe ser motivo para la apertura de un nuevo proceso.

Que la gente de bien no haga manifestaciones contra el Alcalde y a favor de su destitución no significa que no exista rechazo: somos, cuanto menos, cientos de miles los que estamos en su contra. La justicia hasta ahora le había sido benévola. Hasta la inhabilidad para ser alcalde por haber sido condenado por porte ilegal de armas ha sido tolerada. Luego ya era hora de verlo responder por sus errores. Improvisar y despilfarrar en el manejo de una ciudad, y de la magnitud de Bogotá, no es una falta irrelevante.

La reacción de Petro hace evidente que no es un demócrata sino un instigador de todas las formas de lucha. Algo que ya sabíamos. Demócratas, Antonio Navarro y Rosemberg Pabón, por ejemplo, personas que tras dejar las armas se ganaron con su comportamiento el respeto de la izquierda, el centro y la derecha. 

Considero que en buena hora puede deshacerse la ciudad de un retrógrado que se dice progresista  -al fin y al cabo hoy progresismo es lo contrario de lo que se conjetura-. La carrera séptima con el aspecto desteñido y ruinoso que le dan las materas miserables que hizo instalar el Alcalde son fiel retrato del socialismo decadente de ese progresismo. De un socialismo que recuerda más la miseria de los países de la Cortina de Hierro sometidos por la Unión Soviética, que la prosperidad del socialismo respetuoso de la propiedad privada, que convive con la riqueza y con los ricos, y explota aquella en favor de todos. Socialismos amables  que conducen al progreso, como el de  la Concertación de Partidos por la Democracia de Chile. Es que mucho va del socialismo primitivo de Petro al de líderes respetables como Patricio Aylwin, Eduardo Frei, Ricardo Lagos, Michelle Bachelet y Luiz Inácio Lula da Silva, por solo mencionar algunos nombres.

Cuando las actitudes de Petro como alcalde han ido desnudando sus verdaderas intenciones y, amén de su mala gestión, poniendo en evidencia la peligrosidad de sus ideas perturbadoras, se esperaba agrado con el fallo de la Procuraduría en buena parte de sus gobernados. Pero los sofismas de su populismo confunden a quienes carecen de lucidez de pensamiento y de capacidad de reflexión y cálculo. Hoy hasta quienes en un futuro podrían ser expropiados en una eventual presidencia del alcalde guerrillero lo ven inocuo y han salido candorosamente en su defensa.

Cuántas enseñanzas deja este suceso de la condición humana. De la ingenuidad, de la racionalidad incoherente, de la superficialidad del pensamiento. Advierto, por ejemplo, la paradoja de quienes en su oposición al expresidente Uribe hicieron blanco de sus críticas al caudillismo, y hoy, sin percatarse de lo que ayer dijeron, defienden a un caudillo. En el populacho lo explica la ignorancia. ¿Pero qué explica en nuestros ‘intelectuales’ tamaña incoherencia? Dizque rechazan el fascismo, pero defienden el equivalente de izquierda que Petro representa.

De pronto lo explique la teoría de las inteligencias múltiples y el conocimiento de que la inteligencia no es un todo que alcance la totalidad de los campos del pensamiento. Se puede ser un genio matemático, pero torpe en materia de comunicación. Tal vez, obedezca también a la ignorancia del intelectual en el tema -inadmisible pero no infrecuente-, de pronto sea que falle la percepción y no se alcancen a prever los riesgos, acaso haya faltado la experiencia de ver los atropellos del comunismo soviético, en buena hora desaparecido, quizás exista el atolondramiento que hace ver como paradigma los gobiernos de Cuba y de Corea del Norte. O sencillamente no estamos frente a intelectuales verdaderos, sino ante ideólogos del comunismo.  

Sea cual sea el motivo por el que se defiende a Petro, encuentro un deslumbramiento con él semejante al que con Chávez tuvo Venezuela. Y como percibo en nuestro alcalde el mismo engendro del venezolano, conjeturo que Petro se servirá de la democracia para alcanzar el poder. Conseguido su fin habrá de restringirla. Y quienes hoy ingenuamente lo defienden, habrán de padecerlo.

Entonces lo seguirán apoyando quienes anhelan la muy mentada redistribución de la riqueza, quienes anhelan vivir de los demás y sin esfuerzo, igual que en Venezuela. Pero quienes han conseguido la prosperidad con sus arrestos vivirán una insoportable pesadilla. Y más vale que los que fincan la felicidad en la riqueza miren más allá de sus narices, que el eco del “exprópiese” venezolano ya resuena con Petro, a la vuelta de la esquina.

El encono de Petro contra el capital, lo privado y los que tienen es un fuego siniestro que anuncia una catástrofe. En un  país que busca reconciliarse la dictadura del proletariado abrasará la paz. Sus actitudes desafiantes promoverán la razonable reacción de la derecha en proporción semejante a su temeridad.

¡No pasará este guerrillero sobre quienes defendemos el modelo económico que conduce al país hacia el progreso! ¡No se impondrá el empecinamiento de quienes designándose progresistas son retardatarios! ¡No se impondrá el modelo asistencialista de quienes pretenden vivir de los demás sobre el paradigma de la responsabilidad individual! ¡No se impondrá la redistribución de la fortuna sobre la generación de la riqueza! 

Ojalá un procurador hubiera salvado a Venezuela de la hecatombe que le dejó al país el espejismo del coronel golpista. Definitivamente idiota útiles hay en todas partes.

LUIS MARÍA MURILLO SARMIENTO MD.

* El 10 de diciembre del 2013 el Alcalde de Bogotá, exguerrilero del M-19, Gustavo Petro Urrego, fue destituido e inhabilitado por 15 años para ocupar cargos públicos, por el Procurador de la Nación, Alejandro Ordoñez, tras considerar varias faltas gravísimas en el desempeño de sus funciones. Fue el primer fallo contra el Alcalde de los varios procesos que cursaban en el Ministerio Público. En esta oportunidad el fallo se relacionó con las irregularidades que provocaron una crisis con la recolección de la basura de la ciudad un año antes. Pese a que por su mala gestión se adelantaba un proceso popular de revocatoria de su mandato, el fallo del Procurador terminó en una paradójica manifestación de respaldo al sancionado y de rechazo al funcionario que lo sancionó. 

jueves, 5 de septiembre de 2013

EL PARO AGRARIO: RETRATO DE UN PAÍS PUSILÁNIME, CON POTENCIAL PERO SIN NORTE

Los paros que hoy afligen a Colombia y que se propagan con la vertiginosidad de una epidemia irracional, más que descubrir problemas y necesidades que siempre han existido, exponen la ingenuidad de quienes siguen el llamado a la protesta y la sagacidad de quienes los azuzan, infiltran  y convocan. Deplorable espectáculo para quienes analizamos los hechos desde otra perspectiva, y no vemos en las manifestaciones y ademanes violentos cosa diferente a la anarquía.
Es el retrato de la turba, manipulable e iracunda, insensata y absurda. Que con pretexto o sin él se desmide en sus demandas. Que sin ingenio y sin arrojo para dar solución a sus apuros espera que otros lo resuelvan. Pero los problemas, fría, real y escuetamente, son de cada cual, de cada quien, que tiene el interés centrado en sus ganancias. El campesino, por más querido que parezca, no produce por amor al prójimo sino por su sustento y por su lucro. ¡No pongo yo un negocio para que el Gobierno me lo vuelva próspero! Es inmoral. Carece de sensatez hacerlo.
Tanto importarán en este paro los intereses propios que la extorsión es su estrategia. Causar malestar y daño a otros compatriotas para que el Gobierno ceda a sus reclamos. Por eso su mejor arma es el bloqueo: que se cierren las vías para que se desabastezcan  los pueblos y ciudades, para que turistas y viajeros se incomoden, para que no puedan pasar las ambulancias, así se mueran los enfermos que trasladan. Incuestionable infamia de manifestantes intransigentes que dizque presumimos nobles, resignados y sufridos. Nos atropellan y tienen la desfachatez de pedir solidaridad en sus apuros.
Este paro es la marcha de un pueblo de mendigos que se niega a crecer por propio esfuerzo, que todo lo anhela gratuito o subsidiado, que quisiera crecer sin producir y enriquecerse sin esfuerzo. Pero en este mundo en el que todo cuesta, para que unos disfruten lo gratuito otros lo han pagado encarecido. Pedir subsidios al Estado es hurgar en el bolsillo de los propios compatriotas, probablemente de aquéllos que han sido perjudicados con el paro. ¡Cuánta desvergüenza! El Estado solamente es un concepto. Su dinero es el de los colombianos que pagan sus impuestos. Si el esfuerzo se castiga con cargas tributarias no tiene sentido el esforzarnos. Progreso no es que se arrebate a los que tienen, sino que todos produzcamos y tengamos. No es redistribuir la riqueza, sino generarla.
¿Hay que dar solución a los problemas? Desde luego. Pero no con asistencialismos manirrotos. Políticas sí, de gran envergadura. Inversión que se traduzcan en infraestructura, en modernización tecnológica, en métodos que mejoren la competitividad.
El problema del colombiano es la irresponsabilidad. Desde los hijos que el menesteroso arroja al mundo para que la sociedad se los levante, pasando por el que atenta contra su salud y espera que lo atiendan gratis, hasta el pudiente que se hace a los subsidios que no le corresponden. En Colombia no se enseña la responsabilidad, que demanda obligaciones; todo son derechos sin deberes.
El pobre que siente inquina contra el rico ignora que gracias a las cargas que le imponen es él quien le subsidia sus servicios; que es su dinero el que levanta las bibliotecas, las escuelas y los hospitales en que lo atienden gratis; que sus impuestos pavimentan las vías que llegan a sus barrios y construyen muchas de las viviendas en que viven. Sí, el vilipendiado capital es el responsable de que los necesitados no se mueran de hambre. Y, sin embargo, hay que ver como arremete la izquierda -siempre  incompetente, improductiva- contra los empresarios.
Y de la irresponsabilidad a la deshonestidad se migra fácilmente. Irresponsabilidad y  corrupción, expresiones preponderantes de la vida fácil, son para Colombia dos de sus peores males.
Pero las protestas tan violentas que hemos visto son más que la manifestación irreflexiva de la inconformidad. Hay un claro aprovechamiento por la subversión del descontento popular -propio de todos los pueblos, de todas las épocas y de todos los lugares- convirtiendo en idiotas útiles a los manifestantes. Inconformidades tengo, pero sin importar la magnitud de mi reparo, jamás uniría mi voz a esta protesta que magnifica el eco que viene de La Habana**. Que tiene la impronta de la Farc y sus perversos intereses. Y pensar que hay intelectuales que han devorado la carnada y siguen el sainete que impone la guerrilla.
¿Dónde ha quedado la autoridad? ¿Arrinconada? ¿Cediendo ante el chantaje? Ha sido incapaz ante las extorsiones y atropellos, ha sido incapaz de proteger a los inermes. Hasta una mujer ha tenido que defender con su cuerpo vulnerable a un pelotón de policías. ¡Abrir fuego es la única alternativa contra los vándalos y los encapuchados! Ya han medido, cual delincuentes, al presidente Santos su talante: El mandatario es extorsionable, extorsionémoslo. Y con la instigación de la guerrilla, que obviamente no tiene vocación de paz, todos a una se yerguen en protesta. Difícil recordar mayor parálisis y mayor agitación en el país en los años que llevo en esta tierra.
Demanda Colombia autoridad enérgica, que ponga a la gente a marchar como se debe. ¿Una dictadura militar será lo que hace falta? Una autoridad que dé de baja a tanto delincuente (secuestradores, homicidas, atracadores, narcotraficantes, defraudadores, vándalos, y toda la escoria social que nos asiste). Éticamente es lícito que la sociedad, y no como acto de venganza, se deshaga de sus males. Al fin y al cabo los derechos humanos son para quienes los respetan, nada deben exigir quienes los violan. Tanta contemplación no ha conseguido nada. Ahí tenemos a la autoridad arrinconada. La autoridad que debería ser el terror de todo delincuente. Deben ser radicales las cirugías para curar el cáncer.
El país definitivamente se ha polarizado. Parece imposible que puedan convivir defensores y opositores, sectores de izquierda y de derecha, ciudadanos de bien y delincuentes, gente que se esfuerza, que produce y seres que anhelan vivir subvencionados.
Si no podemos soportarnos, si el vecino es un parásito o una plaga intolerable, si es un mantenido que espera vivir de mi riqueza, repartamos el país, para que cada corriente disfrute su parcela.  Podrían vivir de un lado los emprendedores, de otro los mantenidos; de un lado los petros, los cepedas, los robledos y las córdobas*** -los que sueñan en repartir la riqueza que no les pertenece-, de otro los que generan opulencia; de uno los que protestan contra los TLC, de otro los que aprovechan sus ventajas; de uno los dispuestos a acabar con los delincuentes, de otro los que los toleran; de uno los ineptos, de otro los competentes; de uno los ciudadanos de bien, de otro las plagas -guerrilleros, corruptos y bandidos-.
¡Repartamos el país que la convivencia entre iguales resulta más sencilla!
Luis María Murillo Sarmiento M.D.
* Con el antecedente reciente de un paro cafetero cuya resolución costó a los colombianos ochocientos mil millones de pesos en ayudas, otros sectores descubrieron la conveniencia de protestarle al presidente Santos. Así estalló el 19 de agosto del 2013 un paro agrario, que como bola de nieve fue involucrando más sectores hasta volverse incontenible. Se unieron cultivadores de diferentes productos, mineros y camioneros; y en solidaridad marcharon indígenas, educadores, estudiantes, sindicatos, movimientos políticos comunistas como Marcha Patriótica, y con ellos guerrilleros infiltrados, vándalos y encapuchados, quienes con fiera agresividad reprodujeron imágenes propias del Bogotazo. La mano de las Farc fue evidente en los desmanes Ya en junio de ese mismo año las manifestaciones de erradicadores de coca en el Catatumbo habían traslucido con sus peticiones y violencia las pretensiones de las Farc. Bloqueadas las vías, el país se paralizó y algunos pueblos y ciudades comenzaron a desabastecerse. Aunque todos los días fueron de bloqueos, enfado y destrozos, la cresta de su barbarie se vivió en Bogotá el 29 de agosto cuando en medio de las protestas los vándalos fueron incontrolables. Nunca los medios habían registrado tanta barbarie en las protestas.
** En noviembre del 2012 comenzaron en La Habana los diálogos de paz entre el gobierno y las Farc. Pero tal ha sido la voluntad de paz de la guerrilla que permanentemente ha cometido acciones terroristas, Con cinismo llegó a ofrecer públicamente hombres y armas a quienes protestaban.
*** Gustavo Petro, Iván Cepeda, Jorge Enrique Robledo y Piedad Córdoba, representantes de la izquierda más recalcitrante.

jueves, 25 de abril de 2013

EL DÏA DEL IDIOMA, HISTORIA DE UNA CELEBRACIÓN


El Día del idioma se instituyó en Colombia hace 75 años, durante el gobierno del presidente Alfonso López Pumarejo, quien gobernó el país entre 1934 y 1938.

Mediante el decreto 707 del 23 de abril de 1938 se determinó que el Día del Idioma se celebraría en Colombia el día 23 de abril, conmemorando el aniversario de la muerte de Miguel de Cervantes Saavedra, la figura más relevante de las letras españolas, fallecido ese día de 1616. El Ministro de Educación era José Joaquín Castro Martínez.

Veintidós años después, en 1960, con motivo de la realización, entre el 27 de julio y el 6 de agosto, del III Congreso de Academias de la Lengua Española, en Bogotá, el gobierno del presidente Alberto Lleras Camargo sancionó la ley 2 de ese año, la cual dictó “medidas para la defensa del idioma patrio”, y consagró en su artículo tercero el espíritu del decreto 707 anteriormente mencionado. La nueva norma fue reglamentada mediante el decreto 189 de 1964.

Muchos años después de que se hiciera en Colombia, el Instituto Cervantes, institución española de carácter cultural, creada por ese gobierno en mayo de 1991 para la promoción y enseñanza del español, instituyó la conmemoración del día del idioma.

Antecedente anterior al colombiano no he encontrado. Aún Cuba, que lo celebra desde 1944, comenzó a hacerlo 6 años después de nuestra patria. Bien puede pensarse que la conmemoración colombiana fue inspiradora para otras latitudes.

En los años veinte del siglo pasado el escritor y editor valenciano Vicente Clavel Andrés propuso dedicar un día al Libro Español. Acogida su idea, se sugirió la fecha del nacimiento de Cervantes -7 de octubre- para celebrarlo, pero el decreto real de 1926, del rey Alfonso XIII, estableció la fecha de su muerte: 23 de abril. De tal manera que el Día del Idioma y el del Libro confluyeron  en la misma fecha. Tal vez por ello hay quienes creen que el día del Idioma Español se remonta a la norma de 1926.

En internet también circula en forma reiterada la fecha del 13 de octubre de 1946 como la de aprobación del Día Mundial de nuestro idioma. La afirmación, parca por cierto, se repite página tras página, como una copia textual una de otra, con la misma redacción, los mismos paréntesis, las mismas comas, en el más descarado “copie y pegue” difundido por la red. El breve párrafo de 3 o 4 líneas, sin referencia ni reseña y en cientos de portales me resulta apócrifo.

Indudablemente los años desdibujan los hechos y dejan sin marco las tradiciones. A pesar de la palabra escrita, también, como en la tradición oral, los hechos se deforman o se olvidan. Básteme afirmar que en la internet, con todas sus bondades, circulan por igual verdades como disparates.

Del Día del Idioma pareciera que poco importan sus orígenes y el motivo que hizo proclamarlo. Pero toda tradición tiene una historia que no tiene por qué morir en el olvido.

Rescato en mis pesquisas que fue el decreto 707 del viernes 27 de mayo de 1938, y no el 708 como también se afirma, el que consagró el día que estamos festejando. El número 23787 del diario Oficial así nos lo atestigua. Tampoco fue en 1963 el III Congreso de Academias de la Lengua –otro error en la web-, sino en 1960. El mismo año de la Ley Segunda.

Ordenados y precisados tales pormenores, comparto con los interesados el resultado de mis indagaciones y transcribo las normas referidas como homenaje a la historia y al idioma.


DECRETO NUMERO 707 DEL 23 DE ABRIL DE 1938

Por el cual se instituye el día del Idioma

El Presidente de la República de Colombia, en uso de sus atribuciones legales,

DECRETA:

Artículo Primero.  Señálase el 23 de abril de cada año para celebrar el día del Idioma, como homenaje al insigne Miguel de Cervantes Saavedra.

Artículo Segundo. En los establecimientos de enseñanza primaria, secundaria y normal los respectivos maestros o profesores dictarán en ese día conferencias sobre el idioma castellano, y darán lectura a trozos escogidos del Quijote, o de otras obras célebres de la literatura española.

Artículo tercero. En las escuelas normales y en los colegios de enseñanza secundaria que dependan de la Nación se abrirán concursos para premiar el mejor estudio sobre el idioma castellano. Los alumnos vencedores recibirán del Ministerio de Educación Nacional un ejemplar del Quijote y una mención honorífica por sus méritos en la propaganda y defensa del idioma patrio. La calificación de los concursos se hará por comisiones formadas por miembros de la Academia de la Lengua.


Comuníquese y publíquese.

Dado en Bogotá el 23 de abril de 1938.


(Fdo.) ALFONSO LOPEZ PUMAREJO*


El Ministro de Educación Nacional,
(Fdo.) JOSE JOAQUIN CASTRO MARTNEZ*


* Obsérvese que en la época no se aplicaba la tilde a las mayúsculas.

LEY 2 DE 1960

Por la cual se dictan medidas para la defensa del idioma patrio
(Resalto dos de sus artículos)

Artículo primero. (Tácitamente derogado por el artículo 1° de la ley 14 de 1979, cuyo texto expresa: Los documentos de actuación oficial y todo nombre enseña, aviso de negocio, profesión o industria, y de artes, moda, al alcance común, se dirán y escribirán en la lengua española, salvo aquéllos que por constituir nombres propios o nombres industriales foráneos ni son traducibles ni convenientemente variables. […] En cualquier lugar donde se exhiban nombres extranjeros como aviso o rótulo de industria, o actividad pública de otra índole, que no estén amparados por registro nacional o tradición ya imprescindible, la autoridad política correspondiente ordenará su retiro, mediante notificación escrita y prudente plazo).

Artículo tercero. Señálase el 23 de abril, aniversario de la muerte de Cervantes, para recordar al autor del Quijote, y rendir culto al idioma. Todos los establecimientos docentes, públicos y privados, conmemorarán esta fecha. El Ministerio de Educación Nacional remitirá cada año sendos ejemplares del Quijote a los institutos oficiales de enseñanza secundaria y normalista, para que sean entregados en dicho día como premio al mejor alumno de lengua castellana.

BIBLIOGRAFÍA
Asociación de Academias de la Lengua Española Wikipedia (en línea). http://es.wikipedia.org/wiki/Asociaci%C3%B3n_de_Academias_de_la_Lengua_Espa%C3%B1ola (consulta: 12 abr 2013)
¿Cómo nació el día del idioma? Colombiaaprende (en línea) http://www.colombiaaprende.edu.co/html/home/1592/article-157141.html (consulta: 6 abr 2013)
Día del idioma, Wikipedia (en línea) http://es.wikipedia.org/wiki/D%C3%ADa_del_idioma (consulta: 6 abr 2013)
Día Internacional del idioma, día de encuentro con las culturas y las palabras. Centro Visual de noticias de la educación (en línea) http://www.mineducacion.gov.co/cvn/1665/w3-article-303295.html (consulta: 7 abr 2013)
Hortúa L, Luna CA. El derecho marcario, sus mecanismos de protección y procedimiento legal en el sistema jurídico colombiano (en línea) http://repositorio.uis.edu.co/jspui/bitstream/123456789/8187/2/114216.pdf (consulta: 6 abr 2013)
El día del idioma español. Ilustrados (en línea) http://www.ilustrados.com/tema/6196/idioma-espanol.html (consulta: 13 abr 2013)
Legislación Cultural en Colombia, Compendio. Ministerio de Cultura República de Colombia (en línea) www.mincultura.gov.co/?idcategoria=34384&download=Y (consulta: 7 abr 2013)
Ley 14 de 1979 Nivel Nacional consulta de la Norma (en línea) http://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=268 (consulta: 8 de abr 2013)
Ministerio de Educación Nacional. Diario Oficial Año LXXIV Numero 23787 (en línea) http://www.mineducacion.gov.co/1621/articles-102718_archivo_pdf.pdf (consulta: 7 abr 2013)
Tercer Congreso de Academias de la Lengua Española: Actas y labores. Bogotá, Academia Colombiana, [Edit. Iqueima], 1961. 688 págs. (en línea) https://docs.google.com/viewer?a=v&q=cache:INI72UhE2DQJ:cvc.cervantes.es/lengua/thesaurus/pdf/16/TH_16_001_209_0.pdf+&hl=en&pid=bl&srcid=ADGEESgiZyTn5Wg9wurUo3N5vg5ixzyvomnGnhvSf4UPa40rEauNPlC3NzXdMxF8C7uuP6ZfhCBm8hFz6DaiDyw4ZBKpd7oGWcXQ3HGMRsu0y4trT8I0mRmnf3Jcjk6PPd1ODhIqYfAw&sig=AHIEtbRsqzizsnjyD5XL2AtV_70o0_nLuA (consulta: 7 abr 2013)
Un valenciano, Vicente Clavel, inventó el Día del Libro en Las Provincias (en línea) http://www.lasprovincias.es/prensa/20070422/cultura/valenciano-vicente-clavel-invento_20070422.html (consulta: 10 abr 2013)
Vicente Andrés Clavel, Ma Vida (en línea) http://www.llenguavalencianasi.com/mavida/biografies-c-01/vicent_clavel-c.htm (consulta: 10 abr 2013)

Luis María Murillo Sarmiento MD

sábado, 26 de enero de 2013

REFLEXIONES EN TORNO A LA FELICIDAD


Con jocosidad o en tono serio se ha comentado el ‘desaguisado’ que ubica a Colombia en el primer puesto del escalafón mundial de la felicidad. Un imposible concluyen los supuestos entendidos dada la infinidad de problemas que afronta el colombiano. Guerrilla, narcotráfico, violencia, desastres naturales, pobreza, desempleo, no dan, según su percepción, para que alguien pueda ser feliz en esta tierra. Y debo agregar yo, que también, un rotundo pesimismo, pues como no solemos hacer valoraciones imparciales el inventario nunca toma en cuenta los progresos del país en tantos frentes.
Para los nacionales Colombia es sencillamente pobre y atrasada así los indicadores nos ubiquen como la cuarta economía de América Latina apenas por debajo de Brasil México y Argentina (a la que hemos llegado a pisarle los talones), y la sexta de todo el continente.
“Venimos de un país pequeño”, resaltaba al enfrentar en un mundial al equipo de Corea del Norte una jugadora de fútbol colombiana, sin imaginar que Colombia con 1141748 kilómetros cuadrados  es el vigésimo sexto (26º) país en extensión sobre el planeta y Corea del Norte con 129540 kilómetros cuadrados apenas el nonagésimo noveno (99º), y que la pequeña patria que ella imaginaba tenía un PIB nominal de 365 mil millones de dólares, 12 veces superior al terruño de sus oponentes. Pero “venían de un país pequeño”, y con esa modestia no pudieron conseguir más que un empate.
Hay definitivamente discrepancia enorme entre la realidad y lo que de ella se percibe, y entre los motivos objetivos de desilusión y el sentimiento que al final aflora. ¿Será que por costumbre ensombrecemos la realidad  los colombianos a sabiendas de que vivimos en un mundo mejor que aquel que desacreditamos? Difícil poder ponerlo en duda. Es cierto en muchos casos. El colombiano por naturaleza es quejumbroso. Se queja, pero es indudable que su queja no siempre lo convence. Es un lamento de labios para afuera. En su interior sabe que se encuentra en mejor condición de la que expresa; o más interesante aún, si existe motivo real de descontento se conduele, pero suele ser indiferente a su lamento; se queja y acto seguido ríe, cual si el chaparrón de las penas se precipitara sin mojarlo. Definitivamente el pesimismo o el entorno adverso con el sentimiento de felicidad no riñen.
Felicidad e infelicidad hacen parte del mundo subjetivo del hombre, que es verídico -porque así lo percibe- solo para quien lo lleva dentro. Absurdo, si se quiere, para quien desde fuera lo percibe, pero no sujeto por ello a descalificación alguna. Ese es su mundo y ese su sentimiento, luego nadie más idóneo que su dueño para calificarlo. Por consiguiente si alguien dice que es feliz hay que creerle. No podemos obligar a ser feliz a alguien atiborrándolo de fortuna, ni infeliz colmándolo de desventuras: hay quienes felicidad han encontrado en el martirio. Lo que hace feliz a un hombre puede hacer a otro desdichado. Bástenos pensar que el sacrificio, habitualmente sinónimo de infelicidad, adquiere connotación laudable y jubilosa cuando se materializa en la felicidad del ser amado.
Descubro en la felicidad un estado de bienestar interior, de satisfacción consigo mismo, por lo que no depende tanto del mundo externo como del interno. De ahí la paradoja de que en medio de la adversidad se pueda ser dichoso. Ese carácter subjetivo de la felicidad es primordial para que la vida del hombre no sea una cadena perpetua de desilusiones. Para que se pueda sentir satisfacción con poco, dado que la abundancia es por lo general esquiva.
Considero que la felicidad mide la capacidad de adaptación de la persona, ello me explica que se puede ser feliz en la adversidad e infeliz en la fortuna, y que el amargado y el rencoroso -expresiones de desadaptación- no sean felices por más bendiciones que el mundo les depare.
Solemos considerar la felicidad como una consecuencia de sucesos, de motivos que la avivan o la frenan, pero tal vez no sea inexacto percibirla también como un mecanismo de defensa para sobreponerse al trauma continuo de la vida; una resiliencia en la que entre más feliz más se defiende el individuo del ambiente hostil y más goza con lo bueno que el mundo le depara.
Si así lo consentimos, tendremos que admitir que la felicidad está equitativamente repartida y no es un privilegio como la fortuna, pues por desheredada que parezca la persona puede acceder a ella. Basta que haga de su mundo interior un paraíso, así parezca un sicótico a la vista de quienes lo contemplan. Más prodigios hace la imaginación que la riqueza
¡Si el loco es feliz qué importa la cordura! Ser feliz es el empeño de todo ser humano.
¡Si un pueblo dice ser feliz que no se lo convenza de otra cosa!

LUIS MARÍA MURILLO SARMIENTO MD.

sábado, 19 de enero de 2013

PETRO, PROGRESISMO Y DEBACLE. Motivos para una revocatoria de mandato


Quien conoce las prácticas del comunismo y la izquierda ortodoxa no se lleva sorpresas con la actual administración de Bogotá. Ni la acrecentada ineptitud que a muchos de sus electores desconcierta está por fuera de lo presupuestado. Buenos para ver la paja en ojo ajeno, individuos como el Alcalde lucen en la oposición como contendores espinosos, arriesgados y expertos en el embate y el sofisma; en el gobierno, privados de autocrítica, son empecinados e infecundos.
Su política de aseo, con todo el caos que ha generado en la ciudad, es la mejor ilustración del ‘progresismo’ que esas izquierdas promueven. Se hace demagogia con los necesitados, se les ofrece la redención a los recicladores, sin medir las consecuencias fiscales se ofrecen rebajas de tarifas, se seduce y enardece a los estratos bajos, se ataca al capital privado y se presenta al empresario como la ruina de las clases pobres y no como generador de empleo y de progreso. Y en el afán de doblegarlo, sin previsión ni cálculo, se cambia un servicio de aseo privado y aceptable por uno ineficaz y público -de pronto con decir ineficaz bastaba-.
No hubo que evocar para remontamos a la Bogotá de antaño con toneladas de basura por las calles, bastó dejar que la mirada desprevenida captara las escenas para tener la imagen de la basura que dejó la ideología petrista en los andenes. Volvimos al pasado, cuando apenas barría un tercio de la ciudad la Empresa Distrital de Servicios Públicos, cuando ni siquiera se recogía la mitad de la basura, porque entre otros motivos permanecían varados la mitad de los camiones.
Pero es más tozuda la realidad que la soberbia y le tocó al Alcalde contratar con los privados. Tan sólo un ínfimo 18% quedó a cargo de su nuevo engendro.  Pero con ese engendro se revive la EDIS (Empresa Distrital de Servicios Públicos) hace 16 años por su ineficiencia liquidada. Volveremos a ver su incompetencia, sus despilfarros, su corrupción, su burocracia y la habitual extorsión sindicalista. Y este, como todos los males que nos propicie el alcalde afín al comunismo -condición que rechazará como ha refutado ser émulo de Chávez-, será pagado por los contribuyentes, las clases que tributan, que paradójicamente son las que más detesta.
No afirmo que lo privado sea perfecto, pero si adolece de alguno de los males que menciono es su problema; cuando los vicios son de las entidades públicas, la carga por vía tributaria se traslada al ciudadano. Es más fácil administrar un contrato que controlar una empresa viciada por la burocracia, la incompetencia, la irresponsabilidad y las depravaciones de lo público.   
Hemos visto en los afanes del Alcalde volver a la volquetas -que no cumplen con las normas de salubridad para la recolección de las basuras-, alquilar compactadores en condiciones cuestionables, vincular más personal que el requerido, retrasarle los pagos, traslucir desorganización, casar enfrentamientos; y en el repliegue, devolver volquetas y compactadores, reducir personal, fabricar explicaciones y volver a contratar con los privados.
Tal vez deba sentir satisfacción con cuanto ocurre: por la enseñanza que ha debido dejar a los votantes -los electores definitivamente merecen lo que elijen-, pero, también, y sobre todo, porque el infortunio de la capital puede ser un aleccionador suceso. Y si sirve  la desgracia bogotana para que el país se salve de ‘marchas patrióticas’*, izquierdas dogmáticas y progresismos similares, habrá valido vale la pena el sacrificio. 
Ojalá con esta elección no se olvide la enseñanza de que una mayoría dividida termina por padecer la tiranía de la minoría que vence. Unidos sus rivales jamás Petro habría sido ungido como alcalde**, Defecto de la democracia que obligar a actuar con astucia y a hacer alianzas entre afines para impedir el ascenso al poder del adversario. No siempre se vota a favor, a veces debe votarse contra alguien en previsión de la debacle. Es la divergencia entre la abstracción y lo concreto.
Vicio de la democracia que se basa en el número y no en las cualidades de los electores. Y que concede hegemonía a la base de su pirámide, menos culta pero numerosa, en detrimento del vértice, de pronto exiguo, pero más reflexivo y más independiente. La base con la dádiva, el halago y la promesa se asegura.  Bien lo saben los populistas como el alcalde bogotano, que firme en su proselitismo ofrece agua gratis y descuentos en tarifas de trasporte y de servicios sin importar si se corrompen las finanzas, porque en su lucha de clases solo quienes tengan pagaran los platos rotos.
El manejo de las basuras en Bogotá es ilustrativo ejemplo de la ideología de las izquierdas ortodoxas y del mal llamado progresismo en el que el progreso es el mayor damnificado. Tras un decidido interés por lo social que las encumbra y las hace llamativas, afloran las concepciones realmente retardatarias de la economía, traducidas en populismo improductivo y exacerbación de odios sociales.
El socialismo malgastador y pendenciero, no tanto el de los socialdemócratas -que evolucionaron de Bernstein a la Tercera Vía-, cultiva incompetentes al inducir la pobreza espiritual y la inutilidad de los desposeídos en un paternalismo inadmisible que castiga el denuedo del que tiene y fomenta el facilismo del que recibe gratis.
El estado paternal al socorrer sin compromiso ni contraprestación alguna arruina en el beneficiado su afán por esforzarse, lo libera de responsabilidades inexcusables  y lo sume en la mediocridad. Desestimula en cambio a los ciudadanos productivos castigándolos con tributos abusivos para mantener una masa improductiva. La senda correcta es facilitar las condiciones para que los desamparados accedan con su esfuerzo a los mismos derechos de quienes disfrutan el bienestar social. Enseñarles a pescar más que obsequiarles el pescado reza la sabiduría del pueblo.
Debemos entender que todo cuesta y que toda erogación del Estado lo es realmente de los contribuyentes, porque el Estado no es más que una noción que no saca recursos de la nada. La largueza de los gobernantes populistas o pasa cuenta de cobro a los contribuyentes o arruina las finanzas del ente que administran.
El alcalde Petro compra adeptos rebajando tarifas a los estratos bajos -realmente la ayuda proviene de los estratos altos que son los que subsidian-, y reduciendo indiscriminadamente el valor de los pasajes en el trasporte público a discapacitados, ancianos y estudiantes, cual si por esa condición no pudieran sufragarlo. Lo que demandan ancianos y discapacitados es un trasporte digno en que nos sean estrujados como todos los pasajeros que usan Transmilenio. ¡La hacienda pública demanda responsabilidad en su manejo!
Combatir la pobreza no es repartir los bienes de quienes los poseen, sino generar riqueza para todos. Crear condiciones para que el esfuerzo personal y honrado se traduzca en patrimonio. Repartir es dividir; generar, multiplicar, acrecentar los bienes para que todos tengan. Principio elemental del desarrollo y del progreso, que difícilmente entienden los que usurparon la denominación de progresistas.
Como todo cuesta no debemos generar cargas a nuestros semejantes, todos debemos producir para responder por nosotros mismos y por quienes trajimos a este mundo. No se trata como piensa el Alcalde de arrebatar a unos para disfrute de otros. Son inadmisibles los beneficios onerosos sin esfuerzo y a cargo de terceros. Todos tenemos que hacer frente a nuestras obligaciones. La pobreza no exime de responsabilidades. Solo los niños deben ser mantenidos por sus semejantes. Por su indefensión, como por ser su vida ajena a su deseo y consecuencia de los actos de sus padres. Hasta el anciano es responsable de su supervivencia porque tuvo toda una vida para planificarla.
No hay que sentir resentimiento ni envidia de los grandes capitales. Los grandes conglomerados económicos generan millones de puestos de trabajo, a más de multitud de servicios y productos que todos disfrutamos. Seríamos famélicos e infelices si todo estuviera a cargo del Estado. Las dádivas del Estado tienen un tope exiguo -pregúntele a un cubano- que solo llena a individuos mediocres y sin aspiraciones. Con el capitalismo, caricaturizando un poco, se puede llegar a tocar el cielo con las manos. Hoy la China comunista nos deslumbra, pero porque adoptó la economía capitalista. Siempre la riqueza de alguna manera generará empleo y desarrollo: es un axioma.
Considero que la pobreza es un estado de ánimo y que la miseria reside en el espíritu. Con voluntad, esfuerzo y ambiciones se remedia la falta de fortuna; la pobreza espiritual no la remedia nadie. Es por ello que un pobre puede llegar a ser un hombre acaudalado y un heredero rico derrochador y tarambana un pobre irredimible. 
El izquierdista despistado, amante del atraso y la contienda, es hostil al empresario y al capital privado. Imagina que despoja al pobre de la fortuna -que no tiene- y le resultan cosa vana sus acciones. Emprender, arriesgarse a toda suerte de adversos resultados, generar trabajo y contribuir al bienestar con sus tributos no son para un comunista dignos de admirarse.  Así que se le enfrenta y se le imponen cargas confiscatorias que frenan la prosperidad de las empresas, matando, en acertado símil, la gallina de los huevos de oro.
Uno esperaría con la caída de la producción industrial en Bogotá al finalizar el 2012 una mirada del Alcalde a las oportunidades que proveen los tratados de libre comercio firmados por Colombia, pero acérrimo enemigo del libre comercio seguirá hostilizando  a las empresas y casando peleas con el sector privado. Su ideal es castigar el patrimonio, así que deberían emigrar como Depardieu*** quienes tengan los bienes en su mira -del estrato tres en adelante- y veríamos entonces con qué contribuyentes realiza sus obras populistas. No será de su bolsillo ni del de los adinerados izquierdistas más ágiles en la verbosidad que en las acciones: tal es su coherencia, tal su filantropía. Ellos las buenas obras las realizan con el esfuerzo y el dinero ajeno.
En Petro percibo el talante para la aventura chavista, la resolución para la expropiación arbitraria,  el populismo empobrecedor, el resentimiento guerrillero, y el autoritarismo propicio para cercenar las libertades y emprender las persecuciones propias de los regímenes comunistas. Motivos que unidos a su ineptitud como alcalde son más que suficientes para convencerme de la necesidad de revocarle su mandato.

Luis María Murillo Sarmiento MD.
* Movimiento político integrado o respaldado por personas que se perciben tan afines a las Farc como Carlos Lozano, Piedad Córdoba e Iván Cepeda.
**Gustavo Petro obtuvo 723157 votos  -32.2%-, pero Enrique Peñalosa, Gina Parody, Carlos Fernando Galán y David Luna contendores con similitudes políticas y programáticas obtuvieron 1314929 -58.65% de la votación-.
*** Gerard Depardieu el famoso actor francés, al igual que muchos millonarios, ante los exagerados aumentos tributarios del gobierno socialista, del 75% para los más adinerados, optaron por  el éxodo; y en el caso de Depardieu por la ciudadanía rusa que le fue otorgada en enero del 2013.