lunes, 17 de agosto de 2009

CHÁVEZ ES EL ENEMIGO SIN LUGAR A DUDAS

Es evidente que el autócrata venezolano tiene claro interés en nuestra patria. Colombia hace, en su desquiciada mente, parte de su revolución bolivariana. Por eso tanto le preocupa la presencia militar norteamericana en bases colombianas. La misma que nos da tranquilidad ante el vecino amenazanta.

La diplomacia con el tirano, que probablemente también es un cobarde, carece de sentido. Hablemos sin ambages, la salud del continente americano necesita por fuera del poder a Chávez. Los millones de hombres que amamos la libertad debemos hacer causa común contra el opresor, notificarle que su déspota proyecto fracasará como se hundió la tiranía que un día asentó en las repúblicas soviéticas; que sus anhelos no son más que tercos antojos de un hombrecillo chabacano.

Chávez debe ser visto como un enemigo y como tal tratado. Osadía y valentía demanda la lucha contra el dictador venezolano. Un dictador no puede hacer más que lo que le permiten. Tanta pasividad es la culpable de las metástasis que hace su revolución en América Latina, pero Colombia no será tierra fértil para ella. Colombia está curtida de amenazas, y repudia a las Farc como repudia a Chávez.

Ha llegado la hora de enfrentarlo, de abrir nuestros mercados para que deje de creer que nos puede extorsionar bloqueando nuestras exportaciones, denunciándolo como auxiliador de terroristas, entregando al mundo la evidencia sus actos poco santos, bloqueando sus propuestas en organismos multinacionales, apoyando a la Sociedad Interamericana de Prensa y a cuantas organizaciones señalan sus abusos. Tantos talones de Aquiles tiene este chafarote que encuentro pródiga la imaginación en estrategias.

Es delirante que un hombre piense que puede someter al mundo, más desatinado aún, que existan hombres que se lo permitan.

Presidente Uribe, los colombianos demandamos menos timidez y más acciones. Chávez confabula, no sólo vocifera.

Luis María Murillo Sarmiento M.D.

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