viernes, 3 de julio de 2009

EL GOLPE A ZELAYA, UN GOLPE CONTRA CHAVEZ

La diplomacia, el arte de ocultar o maquillar los verdaderos intereses, ha tenido en estos días, con la destitución de Manuel Zelaya, un campo propicia a su histrionismo. Realmente no creo que le interese a todos los gobiernos que dicen respaldarlo, menos a aquéllos que deben ver como un peligro a un émulo de Chávez. Ningún gobernante espera ser destituido, así que la solidaridad es conveniente. Apoyar lo que parece un golpe tampoco es presentable, aunque en Colombia en 1953, se celebró tanto un golpe militar, que fue aceptado por todos como un “golpe de opinión”.

El problema para definir lo que realmente ocurre en Honduras reside en saber qué es la democracia. Ciertamente es el poder del pueblo: el gobierno “de la multitud” de Platón, o “de los más” de Aristóteles; al fin y al cabo el vocablo proviene de la antigua Grecia.

Pero el pueblo no sólo está representado por su presidente, más representativos por su diversidad pueden ser los parlamentos, que traducen en su conformación la composición del pueblo, y ponen de presente la existencia de las minorías. Bajo esa óptica lo que hay en el país centroamericano es un enfrentamiento de poderes*; y la traición de un mandatario que convenció al electorado con unas propuestas y una filosofía que ahora abandona para abrazar una ideología completamente opuesta, y peligrosa como es la aproximación a la izquierda del cuasi dictador venezolano. En tales condiciones resulta espuria la democracia que Zelaya representa y poco conducente es su defensa.

Si los mandatarios por el sólo hecho de ser elegidos por la mayoría adquieren el derecho para vulnerar la voluntad popular, se abre la brecha para que regímenes dictatoriales, como los comunistas, los más antidemocráticos que existen, accedan al poder valiéndose de sus dobleces y de las garantías de la democracia que sucumbirá en sus manos.

Venezuela debe ser el espejo en que se miren los países de América que hoy gozan de libertad de expresión, de libertad de prensa, de libertad de asociación, de propiedad privada, de respecto por los derechos humanos, facultades que a pasos agigantados van siendo conculcadas por el ex golpista venezolano que pudo convertirse en dictador, irónicamente, por cosas de la democracia.

Contemporizando con Hitler, Chamberlain creyó asegurar la paz del mundo, el resto de la historia se conoce, el nazi lo aprovechó para envalentonarse. ¿Contemporizando con Chávez y sus díscolos amigos pretenderá la OEA dejarnos en las garras del “socialismo bolivariano”? Si así fuere, preveo el surgimiento en América Latina de guerrillas de derecha contra totalitarismos de izquierda, porque la libertad no se pierde impunemente.


* Próximo a terminar su mandato, el presidente de Honduras, Manuel Zelaya fue depuesto el 28 de junio del 2009. Arrestado primero en lo que parecía un golpe militar, fue finalmente destituido por el Congreso. Elegido por el Partido Liberal de Honduras –centro derechista-, fue migrando a la izquierda bajo la influencia del presidente venezolano Hugo Chávez, y contrariando el conceptos de la Corte Suprema, insistía en adelantar una consulta para reformar la Constitución con miras a su reelección como presidente. La OEA incondicionalmente le dio su respaldo.

Luis María Murillo Sarmiento

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