sábado, 5 de noviembre de 2011

LOS ‘ALFONSO CANO’ NO TIENEN OTRO SINO QUE LA MUERTE CRUENTA

Vuelvo a sentir con la muerte de ‘Alfonso Cano’ el regocijo que sentí con el abatimiento de ‘Reyes’ y ‘Jojoy’.
No puedo ocultar mi felicidad al ver la patria liberada de verdugos. Su muerte fue el destino que se propiciaron. Su suerte trágica y su dolor –si es que en su dureza tuvieron capacidad para sentirlo- no me regocija: no está en mi ánimo torturar al ser humano, pero sí proteger a la sociedad, aún con la contrariedad de tener que eliminar a quienes la violentan.
La sociedad tiene derecho a vivir en paz, luego tiene derecho a deshacerse de quienes más gravemente la perturban. La pena de muerte es una opción no prescindible. Debiera abrazar el horror a quienes sin razón lo siembran.
Para monstruos como los delincuentes mexicanos y los narcoterroristas colombianos no obra la captura sino el abatimiento. Roguemos por sus almas que sus cuerpos no tienen más signo que la fosa.
¡Salve Fuerzas Armadas de Colombia¡ El país las saluda agradecido.

Luis María Murillo Sarmiento M.D.

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